domingo, 12 de mayo de 2013


Cuento de lenguaje
Juan José Sanabria Correa
11-01

Al despertar de un sueño

En una noche cualquiera, en aquel pueblo desolado, se podría decir que era un pueblo fantasma, debido a la gran cantidad de muertos que se podían apreciar en las calles y la gran cantidad de edificios caídos por las constantes y muy usuales bombas que azotaban esta ciudad. Aquella noche solo se escuchaban en algunas ocasiones, los estruendo de diferentes disparos y las sirenas de algunas ambulancias que llevaban en su parte de atrás civiles o soldados en busca de que haya  una esperanza para salvar una vida.
En el centro de dicho pueblo, se encontraba un pequeño hospital, un poco desolado y mal cuidado. Una joven madre estaba por dar a luz a su pequeño hijo, aunque se pensaría que sería como cualquier niño, no es así debido a que ese niño tuvo que resistir y afrontar diferentes ataques contra su ciudad, además no pudo tener a lo largo de su vida a sus dos padres que lo educaran o que mínimo vivieran y estuvieran con él, debido a que su padre estuvo toda su corta vida, desde su juventud, en la guerra israelí, luchando por la paz y la liberación del pueblo de Israel, y su madre fue torturada y masacrada por los egipcios en uno de los ataques hacia Israel.
Cuando creció, Michael tomo una de sus peores decisiones, que fue meterse al ejército para tomar venganza de lo que le había ocurrido a su madre y para finalizar el sueño que tenía su padre y que nunca pudo cumplir.
A medida que pasa el tiempo, se dio cuenta cual era la realidad del país, tuvo el infortunado privilegio de ser una  de las personas que pudo apreciar diferente desastres, no realizados por la naturaleza, sino por el mismo ser humano, que sin darse cuenta o por apoderarse de objetos valiosos, estaba acabando y extinguiendo a su propia especie, el ser humano.
El 10 de abril del 2003, la base en la cual “Michu” (como le decían su amigos) se encontraba, fue atacada por un gran ejército egipcio, destruyendo todo a su paso, sin dejar a nadie con vida, aunque Michael lucho hasta el final, pero sin obtener nada, él vio morir a varios de sus compañero y también vio como todo era destruido.
En el mes de junio, Michael despertó en su casa, sin saber que había pasado ese 10 de abril, a él le parecía demasiado extraño que aun estuviese con vida, puesto que los egipcios habían destruido todo a su paso. Ese mismo día fue a visitar a algunos de sus compañeros, pero solo pudo encontrar a su amigo Wilson, él era un latino que se había ido a la guerra para poder tener una mejor situación económica.
Ellos dos salieron a tomar un café, Michu tenía demasiadas ganas de preguntarle lo que él se acordara de la noche del 10 de abril, pero pensaba que de pronto se enojaría con él, debido a que quizás Wilson no se quisiera acordar. En el momento más inesperado, Michael dijo:
-Oye, ¿tú sabes que le habrá pasado a todos nuestros compañeros, después de esa noche?-y después agrego- porque yo fui a buscarlos a sus casas y ninguno de ellos estaban.
Wilson respondió un poco enojado:
-Realmente no quiero hablar de aquella noche, y muy seguramente nuestros compañeros deben estar en algún centro comercial o algo así.
Después de esa pequeña conversación, Wilson se fue sin despedirse. En ese momento Michu recordó que en la noche del 10 de abril, Wilson había muerto en sus brazos, debido a que una bala había traspasado su cabeza, pero cuando Michael fue a buscarlo para preguntarle, ya era demasiado tarde porque no había ningún rastro de su compañero.
Después de ese incomodo momento, Michu siente que todo se está cayendo y se empieza a desmallar. Al despertar, se encuentra en un lugar totalmente diferente, como si fuera una base militar, además de esto se da cuenta de que está rodeado de cables y de varios médicos que lo están tratando de examinar y de dormir. Al tratar de resistirse se da cuenta de que todas las extremidades las había perdido, pero lo peor para él fue darse cuenta de que sus mayores enemigos eran los que lo habían atrapado para así poderle robar toda la información posible.
Después de ese infortunado descubrimiento, Michael empieza a desmallarse pero esta vez no fue para volver al sueño en el cual se encontraba sino que esta vez la muerte lo estaba llamando debido a la gran cantidad de sangre que había perdido en el ataque del 10 de abril. Así termino la vida del héroe que lucho por su patria y por rencor, murió en las manos de su peor enemigo.
Así nos podemos dar cuenta de que al despertar de un sueño no siempre veremos lo que más anhelamos sino que podremos ver nuestra mayor pesadilla.